Mostrando entradas con la etiqueta jonathan gurfinkel. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta jonathan gurfinkel. Mostrar todas las entradas

19 marzo, 2015

Filmografía recomendada: Six acts


Six Acts (Shesh Peamim) es una película israelí del año 2012 dirigida por el entonces nóvel Jonathan Gurfinkel, que presenta el caso de Gili (Sivan Levy), una adolescente que busca ascender en la escala social de su nuevo instituto mediante la promiscuidad y la sumisión sexual. El largometraje fue seleccionado para el Festival de Cine de Tribeca de 2013 con buena acogida.

El film está dividido en seis actos o episodios, en los que la protagonista va cada vez un paso más lejos en su recorrido de lujuria y baja autoestima. Se trata de la clásica muchacha rebelde con problemas en casa que busca desesperadamente la aceptación de los chicos de su edad para compensar los desequilibrios afectivos presentes en su dimensión familiar. Pese a sus esfuerzos por presentarse y actuar como una chica enrrollada, divertida y atractiva, es menospreciada por sus nuevos compañeros debido a su aleatorio y poco digno comportamiento sexual. Se encariña en concreto con uno, pero lo único que consigue despertar en los hombres es pena y recelo, y su relación con estos se limita a unas cuantas mamadas y a situaciones deprimentes y muy turbias. Su deliberada apariencia facilona y desenfadada crea la ilusión de que cualquier hombre que lo intente podrá acostarse con ella, por lo que cuando, en alguna arrancada de orgullo, pretende recuperar una posición de igualdad con el macho y labrarse algún respeto, le sale el tiro por la culata. Mientras busca aceptación y deseo, sólo encuentra rechazo, desprecio y humillaciones.



Six Acts aborda la desorientación y la angustia de muchas chicas adolescentes crecidas en un mundo cada vez más tecnológico y menos personal, esto es, cada vez más rápido y cruel. Cada vez más eficiente. En una sociedad donde se bombardea a la mujer, prácticamente desde la infancia, con ideales estéticos y de pasajera felicidad, cada vez es más común encontrar muchachas incapaces de controlar este exceso de libertad y estímulos y con una verdadera dificultad para conseguir ser aceptadas por el género masculino más allá del sexo. Six Acts es una historia cotidiana y verídica que causa un efecto en el espectador balanceado entre la excitación, el asco y la vergüenza. La función de la cinta no es otra que poner de relevancia este conflicto de roles que a buen seguro hemos presenciado directa o indirectamente en muchas ocasiones. Una joven muchacha que utiliza su cuerpo como cebo y como arma, y un grupo de jóvenes de clase media alta que no tienen mayor ocupación en su día a día que centrarse en la árdua tarea de ser todos copias idénticas. La curiosidad y la sumisión de Gili responden sólo al impulso, a la necesidad, de ser tomada en cuenta, valorada y apreciada, y en absoluto es el apetito sexual lo que dirige sus erráticas acciones. Pero esta ausencia de escrúpulos y de autonomía volitiva la convierte en el hazmerreír y el pasatiempo de los cafres de sus nuevos compis, que no se toman la más mínima molestia en tratarla como a un ser humano de primera. El final de la película, abierto, deja una sensación extraña en el cuerpo, ya que permite al espectador visualizar la profundidad real del callejón sin salida en el que se ha metido la prota.

Se trata, por lo tanto, de una película sobre adolescentes que trata temas de verdad, por lo que su visionado es recomendado y resultará enriquecedor en la medida en que sea capaz de hacer reflexionar al espectador sobre ciertas cuestiones relacionadas con la manera en que se comportan, se entienden y se comunican las nuevas generaciones criadas bajo el You Only Live Once.