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19 febrero, 2015

Ideas falsas sobre los estereotipos



El concepto de estereotipo está tan presente en nuestro día a día que en muchas ocasiones olvidamos su auténtico origen, significado y función. Vamos a repasar cuáles son algunas de las falsas creencias que tenemos sobre ellos.

Los estereotipos son menos precisos que la percepción interpersonal.

Solemos aceptar los estereotipos sobre grandes grupos ( ej: los catalanes son tacaños, los alemanes eficientes y los franceses sólo comen croissants), pero consideramos que no funcionan, o al menos procuramos no aplicarlos, en el contacto individual. Lo curioso es el hecho de que consideramos al individuo como más real que al grupo. No necesariamente un estereotipo tiene que ser menos valioso que una percepción personal. Además, es falso pensar que no podemos conocer mejor a un grupo, entendido como conjunto de relaciones, que a un individuo.

Los estereotipos son una información rígida e invariable

Es obvio que los estereotipos retratan una realidad a nivel grupal, pero no es ni mucho menos algo fijo ni determinado. No tiene nada que ver el conocimiento a largo plazo y el poder de predicción para con un grupo, que la consideración elaborada dentro de o para un determinado contexto. El contenido del estereotipo variará en función de lo que represente para nosotros en ese momento según nuestras teorías y conocimientos previos.

Los estereotipos no son una información válida

Falso. Los estereotipos son válidos en la medida en que los grupos a los que refiere son entidades reales. Tanto el individuo como el grupo existen objetivamente, por lo que la categorización social tanto individual y colectiva se torna necesaria para representar fielmente el mundo real.
Además, los estereotipos varían en función del contexto, y pueden considerarse válidos siempre que sus variaciones estén vinculadas a cambios en el entorno social. Es el ambiente lo que modela el estereotipo y no al revés.



Por otra parte, existen dos razones para defender la existencia y la función de los estereotipos.

Los estereotipos son normas sociales

Los miembros de un grupo comparten estereotipos comunes, por lo que puede decirse que el estereotipo constituye una norma y una necesidad social. Los estereotipos ejercen como vehículo de conocimientos útiles para el grupo, y los que no son compartidos usualmente carecen de repercusión para la vida en comunidad.

Los estereotipos contienen análisis políticos

Los estereotipos son una herramienta cognitiva que surge de la necesidad por parte del grupo de crear una identidad propia diferenciada, que proteja sus valores y justifique la distancia con el exogrupo. El conflicto social es una característica intrínseca del ser humano, por lo que las diferencias culturales e históricas conforman la dimensión política del estereotipo. Cuando rechazamos un estereotipo, estamos ejerciendo un juicio político más que un proceso racional de análisis de los procesos psicológicos suscitados. Los estereotipos resultan armas políticas, y lo interesante es averiguar el por qué de que prevalezcan unos sobre otros. Además, conviene que nos demos cuenta de que cuando rechazamos un estereotipo, es siempre el del otro. Aceptamos de muy buen grado nuestras propias creencias estereotipadas, pero no nos tiembla el pulso a la hora de señalar las de los demás como erróneas e imprecisas por este u aquel motivo.

En resumen, los estereotipos no resultan inaceptables por ser generalizaciones sobre categorias, por ser una información falsa o dogmática, o por resultar poco válidos. Lo cierto es que resultan peligrosos porque tienen un carácter etnocéntrico, y se encargan de asociar atributos concretos y específicos a la esencia de lo que las personas son.