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23 marzo, 2015

Drug-dealer kings meeting


Frank Lucas fue un narcotraficante afroamericano que controló el tráfico de drogas en Harlem en los años que abarcan desde finales de la década de los 60 hasta mediados de los años 70. Para quien no conozca la representación cinematográfica de su vida ( American Gangster, dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Denzel Washington y Russell Crowe), Frank asumió el control del negocio de estupefacientes en el barrio neoyorquino tras la muerte de su jefe, Bumpy Johnson, a quien servía como chófer y hombre de confianza. Durante su período de actividad ilícita, Frank creó una organización con su gente de confianza ( esto es, su familia; hermanos y primos) y comenzó a traerse la droga directamente desde Vietnam, aprovechando que el gobierno americano aún mantenía sus narices incrustadas en el país oriental. Su heroína era más pura que la de la competencia, y era vendida a un precio la mitad de barato. Mediante contactos en el ejército, conseguía introducir la heroína en el país oculta en los ataúdes de los soldados caídos en suelo asiático, y la distribuía bajo el suntuoso nombre de Blue Magic, en un auténtico y magnífico ejercicio de marketing. Como en la mayoría de casos cuando de narcos se trata, la historia de Frank Lucas es una historia de áuge y caída. En 1975 fue detenido y condenado a 70 años de prisión por haber inundado Harlem de la más pura mierda vietnamita. Fue entonces cuando se decidió a colaborar con la policía y entregó infinidad de nombres de sus contactos y compadres del hampa. Pero su declaración será recordada sobre todo por haber involucrado en ella a tres cuartas partes de la Agencia de Nueva York de Control de Drogas ... Frank habrá pensado que él no iba a ser el único corrupto en comer trena. Gracias a su valioso testimonio, la condena le fue reducida en 60 años, abandonando la penitenciaría en 1991 y dedicando el resto de sus días a tratar de enmendar, en la manera de lo posible y plausible, el caos y la destrucción que trajo a la ciudad años antes.

Algunos titulares de prensa sobre el Rey de Harlem
Leroy "Nicky" Barnes era el otro gran traficante de la época (interpretado en el film de Ridley Scott por Cuba Gooding Jr. ). De familia humilde y con un padre dictatorial y alcohólico, Nicky escapó jóven de su hogar y se convirtió en adicto a la heroína varios años durante su veintena. Tuvo que ingresar en prisión, por delitos de tráfico de drogas en pequeña cantidad, para conseguir dejar atrás el hábito. En el trullo conoció al célebre Joe 'Crazy' Gallo, miembro de la familia criminal de los Colombo, y a otros miembros del clan de los Lucchese: la flor y nata de la sociedad neoyorquina, vaya. Fue Joe Gallo quién vió en Nicky potencial para sostener y dirigir un mercado de heroína para población negra. Ya fuera de prisión, gracias a un abogado conseguido por Gallo, Nicky comenzó a mover la droga. Para hacerlo de manera más eficiente, creó un grupo, llamado The Council, una organización de siete hombres que funcionaba al estilo de las familias italianas. El consejo se encargaba de solucionar inconvenientes y mediar en disputas entre pequeños afiliados. Nicky pronto se ganaría el nombre de "Mr. Untouchable"... aunque no resultó ser tan intocable; el 5 de junio de 1977, Barnes apareció en la portada del New York Times Magazine, con un poderoso semblante y en actitud desafiante. Previamente, los redactores de la revista chantajearon a Nicky con utilizar su ficha policial para la portada si no accedía a posar. Y fue precisamente esta petulante pose la que despertó los recelos del mismísimo presidente Jimmy Carter, que se sintió profundamente preocupado ante la visión de invulnerabilidad que proyectaba la imagen. Carter dió orden a su fiscal general de rebuscar concienzudamente en el historial de Barnes, y a fuego que lo hizo. En enero de 1978, Barnes era condenado a una pena de cadena perpétua sin posibilidad de fianza.

La portada que irritó a Jimmy Carter
En prisión, todo se le vino encima. Observó como sus antiguos compañeros del Consejo no se hacían cargo de sus bienes y pertenencias, como dejaban de pagar las cuotas de su abogado, e incluso, como uno de sus camaradas mantenía un affair con su novia. La rabia empujó entonces a Nicky a la venganza, y se decidió, al igual que su antiguo rival Frank Lucas, a cantar como un pajarito. Proporcionó a la policía una lista con 109 nombres relacionados con el tráfico de drogas. En su declaración, incluso reconoció su implicación en ocho asesinatos. Durante su tiempo a la sombra, Nicky tuvo tiempo de ganar un concurso nacional de poesía para internos, consiguió un diploma universitario con honores, y realizó tareas docentes de inglés para sus compañeros. Su colaboración le supuso la revocación de su condena perpetua, y fue liberado de prisión en 1998, 20 años después de su entrada. Los funcionarios que le conocieron comentaban que era un preso que destacaba por su predisposición para el trabajo y la actividad.

Nicky con su mujer de aquellos días Thelma, en los años 70
En 2007, estos dos otrora dueños de las calles de Harlem se reunieron para mantener una conversación tres décadas más tarde, propiciada y registrada por Mark Jacobson, del New York Magazine. Barnes estaba cubierto por el programa de protección de testigos, y Lucas debía usar una silla de ruedas para moverse. Las cosas habían cambiado mucho desde los años en que ambos ambicionaban arrebatar el control del tráfico de drogas en Harlem a los italianos para ponerlo en manos del hombre negro ...

Estas son algunas de las perlas extraídas de una conversación entre dos antiguos señores de la droga. Dos hombres que se revolvieron en un entorno hostíl a base de ambición y esfuerzo para vivir, al menos unos años, como emperadores. Para ver la entrevista entera (en inglés), pincha aquí. 

Sobre sus orígenes ...

Mark Jacobson: ¿ Recordáis cuándo os conocisteis ?
Frank Lucas: ¿Cúando fue, Nick? La noche que saliste de la cárcel. ¿ Era 1970, 69, 68 ...?
Nicky Barnes: Si, en los años 70. Nos conocimos por Jimmy Terrell. ¿Te acuerdas de Jimmy Terrell? Te acuerdas de Goldfinger?
FL: Claro que recuerdo a Goldfinger.
NB: Estábamos en Smalls, bebiendo.¿Te acuerdas de Prat, aquel tío que siempre tenía un taburete al lado?
FL: Claro, Prat! No vivió mucho mas tiempo, verdad?
NB: Alguien le dió caza.. Le debía dinero a alguien, o algo así ...
FL: Si ... creo que estaba con la chica de alguien.

Sobre su relación y el negocio de la droga...

MJ: A vosotros siempre os han descrito como enemigos... ¿Es cierto que lo érais ?
FL: Bueno, Nicky nunca habría podido alcanzarme. Yo conseguía la droga a 4000$ el kilo. ¿Nick, tu debías estar pagándolo a unos 65.000 o 70.000$, verdad ?
NB: En aquella época pagaba unos $35,000.
FL: Y yo pagaba $4,000. Así que no había ninguna lucha. 
MJ: ¿Cuál de los dos tenía la mejor droga ?
FL: No sigas por ahí Mark, revolviendo en la mierda. Tío, yo tenía la mejor droga del mundo...tenía entre un 98 y un 100% de pureza ...
NB: Frank tenía buena mercancía, no hay duda.. Yo tenía que coger papel y lápiz y controlar mis asuntos... Pero hablando sólo de droga, la mia estaba próxima a la suya. Tan próxima que mucha gente cogía una sin tener la necesidad de esperar por la otra. Frank, tu solías quedarte por la calle 116, verdad ?
FL: Yeah.
NB: Bueno, yo movía polvo en los cinco distritos, no sólo en el centro.
FL: Eras grande, Nicky...
MJ: Supongamos que cada uno de vosotros tiene un gramo.El modelo de negocio de Frank cara a cara frente el modelo de negocio de Nicky , ¿ cuál de los dos va a sacar más dinero ?
FL: Es una respuesta obvia, el que tenga la mejor droga, tío.
NB: Frank tiene razón. Siempre dependerá del producto. Una vez tuve una disputa con un tipo llamado Steve Austin. Mi droga era mejor, y Steve lo sabía. Un día se acercó y me dió unos toquecitos en la ventana de mi coche. “Ey, tío” dijo, “no te queremos por aquí.” Entonces dije, “voy a usar mi pie para patearte el jodido culo” En aquellos tiempos, no disparabas a nadie sólo por estar en tu territorio, ya sabes. Tenías que disputar el terreno. Pero a los compradores eso no les importa, no les importa el vendedor, sólo les importa la mercancía.


MJ: Cuando las películas sobre vosotros vean la luz, se creará un debate acerca de si merecéis ser glorificados de esa manera. ¿Qué pensáis de ello?
FL: Nick es un buen tipo que debería ser glorificado, pero yo no.
MJ: ¿Por qué lo dices ?
FL: Porque es un tío de puta madre.
MJ: Pero los dos estábais en el mismo negocio.
FL: Tu estas en el mismo negocio que otros redactores, pero no piensas en cortarles el cuello,¿ a que no ?
MJ: Frank ... venga ya.
NB: Nadie debería ser alabado por lo que haya hecho dentro del mercado de la droga. La manera en que actuábamos, toda la violencia, diez o doce homicídios, para poder mantener la operación en marcha. No puedes glorificar eso. No es algo a lo que ni Frank ni yo vayamos a animar a nuestros hijos a participar.
FL: Totalmente de acuerdo, Nick.
NB: La heroína causa estragos e inflige mucho dolor para toda la comunidad negra. No debí haber hecho lo que hice. Quizá ya entonces lo supiera, pero no me importaba.Yo quería conseguir dinero, y fue justo lo que hice. Mirando atrás, no habría tomado esas decisiones, pero siempre es más fácil darte cuenta y desinfectarte de aquello cuando ya ha pasado todo.
FL: En nuestro negocio, lo que cobras es miedo. Cuando el factor miedo entra en juego, es cuando empiezas a ver dinero . La violencia es parte de todo. En este mundo, no vas a tener palabras dulces para ningun cabrón. 

Sobre la policía y la corrupción ... 

MJ: ¿Quién era más corrupto, policias o traficantes?
FL: La policía era más corrupta. Tu te estrechas la mano con otros traficantes, os dáis vuestra palabra de honor. Si no cumples con lo que prometes, te van a matar. Todo el mundo lo sabe.
NB: Exacto, eso es así.
FL: Un traficante vive de su palabra. No me refiero a los yonkis ...Hablo de hombres como Frank Lucas y Nicky Barnes. 

Sobre su declaración y las etiquetas de soplones ...

MJ: Se que eres un hombre reflexivo, Frank. Puede que aún habiendo cometido tantos tipos de crimen, la gente pueda pensar que eres un soplón.¿Qué pensáis de ello ?
FL: Nunca en mi vida, hasta el día de hoy, he testificado contra nadie. No hay ningún hijo puta en este mundo que pueda acusarme de algo así. Los polis corruptos, vale. Pero soplón, no, no, no, no ...
NB: Cuando llegó el momento de declarar, sólo lo hice contra mis antiguos compañeros de El Consejo.
FL: Como Guy Fisher ... ( el traficante que tuvo una relación con la amante de Barnes mientras éste estaba en prisión).

NB: Si, Guy Fisher, Frank James, Wally, Coco, Kenny, y ya sabes, alguno que otro más. Cuando me encerraron en el talego, le pedí a Guy que cuidara de mi mujer, que la protegiera ... No esperaba que empezara a follársela.
FL: Guy Fisher es un cabrón. ¿Qué demonios esperabas ?
NB: Esperaba que hiciera lo que le pedí, no que me traicionara. El ya tenía una mujer que era tan atractiva como la mía.
FL: Tu mujercita no estaba nada mal, Nicky!
NB: No se por qué hizo lo que hizo, ni se por qué otros miembros del consejo le dejaron seguir vivo después de enterarse de todo. Por eso cooperé. Ya que no podía salir, podía traer a esos hijos de puta adentro conmigo.
MJ: ¿Piensas ahora diferente, Nick?
NB: No, tío. Cuando caí en la cuenta de que me habían abandonado a mi suerte en el campo de batalla, pensé “Que se jodan!” … Pensé  “Voy a traerme a esos cabrones al talego, que sepan lo que es.” Prefiero estar fuera en el programa de protección de testigos, que dentro de la cárcel. ¿Por qué iba a querer estar dentro con esa clase de negratas? No me arrepiento. Vi aquel programa en la CNN con Anderson Cooper. Los tíos estaban discutiendo sobre ese rollo de “no seas un soplón, no importa lo que pase.” Bueno, a mi me cuesta entender por qué considerar fuerte a un tio si se deja pisotear por una banda de imbéciles y no hace nada en respuesta, simplemente por un estúpido código para idiotas que se lo impide. Anderson Cooper le preguntó a este rapero, “Suponte que un chico es asesinado y sabes quien es el asesino. Se lo dirías a la policía?” Y el tipo dijo “No.” Así que a eso me refiero. Estos guiones para la vida callejera son una basura estupida.
MJ: ¿Qué opinas Frank ? ¿Crees que hay algún momento bueno para cooperar?
FL: Ya te lo dije antes. Nunca testifiqué contra nadie.
MJ: Pero si que existen algunos casos, Frank ...
FL: Escucha! Tengo remordimientos por lo que hice, vale ? ...
NB: Frank, cálmate un poco ... Estás gritando.
FL: Tengo remordimientos. Nunca vendí nada a un niño en la calle, pero me enteré de que mi gente lo hacía. Yo no quería vender a niños. No quería convertirles en yonkis. No quería participar en eso. Me justificaba diciéndome a mi mismo que no podría conseguir un trabajo en Wall Street ni limpiando retretes. Fui a la escuela tres veces, y dos de ellas, la profesora no estaba. Tuve que buscarme la vida. No quería pudrirme en la calle. Así que eso fue lo que hice, pero no es fácil. Cuando llegas arriba, cada puta rata de las alcantarillas va a querer subírsete a las barbas. Y en cuanto te quedes sin pasta, todo el mundo desaparecerá. Díselo tu, Nicky ...

Sobre la cultura hip-hop ...

MJ:¿Os imaginásteis alguna vez hasta donde llegaría todo esto del hip-hop? A vosotros dos os mencionan en algo así como un millón de canciones ...
FL: ¿A eso llamas canciones? En mis tiempos, los cantantes cantaban. Puede que hagan canciones sobre mi, pero no por ello tienen que gustarme.
MJ: ¿Qué piensas tu Nick? Eres algo así como un héroe popular en la cultura hip-hop.
NB: Nunca pensé que llegaría tan lejos.Cuando todo empezó, todo el mundo, empezando por los empresarios del mundillo, predijeron que el hip hop estaría muerto en cinco años. Decían que “Esos hijos de puta no van a sacar ni un duro.” Pero el hip-hop siguió adelante, y mira donde ha llegado. Está Jay-Z, Damon Dash, Kanye West, 50 Cent... Estos tíos están haciendo algo legítimo.
FL: Al menos Nicky conoce los nombres ... A mi no me suena ninguno. Conozco a Puff Daddy, porque conocía a su padre.
NB: Oh, Melvin! Melvin Combs.
FL: Melvin solía venir a mi casa un par de noches a la semana. Estoy orgulloso de ver al hijo de Melvin ahí arriba.

Sobre su representación cinematográfica ...

MJ: Nick, ¿ tienes curiosidad por ver cómo has sido retratado en American Gangster ?
NB: Si, claro. He oído que es Cuba Gooding Jr quien me interpreta, así que imagino que será una representación decente. Cuba es ganador de un premio de la academia ...
MJ: ¿Y qué tal Denzel haciendo de Frank ?
NB: Sólo se que si Denzel encabeza el reparto, entonces no será una peli de mierda.
FL: Denzel Washington hizo más que un buen trabajo, hizo un trabajo cojonudo. Nadie en el mundo es tan bueno como Denzel. 

Y la despedida ... 

MJ: ¿Qué os gustaría poner en vuestro epitáfio ? ¿Qué legado queréis dejar ? 
NB: Te diré lo que quiero que ponga el mío. Quiero que ponga “Tío, oh tío... era viejo. Joder, era viejo.”
FL: Jodidamente viejo.



19 marzo, 2015

El último Rey de Andorra



Esta es la historia del barón Borís Skósyrev, un aventurero ruso nacido en la Bielorrusia actual a finales del siglo XIX que, impulsado por su ambición, recorrió el globo en busca de reconocimiento y poder, llegando a autoproclamarse Rey de Andorra y ejerciendo un mandato de sólo 13 días. 

Antes del episodio cúlmen de su vida en la región pirenáica, se tienen pocos registros de sus peripecias. Se sabe que al estallar la Revolución rusa en 1917, se exilió en el Reino Unido, donde formó parte de la armada británica primero, y de la Foreign Office como agente encubierto despúes, un puesto que le permitió recorrer países como Japón y Estados Unidos. De Inglaterra se trasladó a los Países Bajos durante un tiempo, y poco despúes buscó el favor de la Casa Real neerlandesa inventándose un título, el de conde de Orange, que según él le había sido concedido por la reina Guillermina I... Más tarde se casaría con una adinerada marsellesa divorciada diez años mayor que Borís, una relación que duraría más bien poco ya que, encoñado de una jóven muchacha inglesa, pone rumbo a Andorra. Como miembro de la aristocracia rusa desplazada por la revolución, marchó de su patria decidido a recuperar sus elevados estándares de vida en otro lugar, y el minúsculo y recóndito principado se prestaba al trato, debió pensar él.

Una vez allí, Borís comienza a trazar su jugada. Conversa con los lugareños y se entera de que poco antes de su llegada, se había producido en Andorra una revuelta juvenil de cuyo espíritu podría aprovecharse para promocionar dentro de la estructura política de la región, mediante la propuesta de medidas progresistas que garantizasen una mejora en la calidad de vida. Sus ambiciones no tardaron mucho en colmar la paciencia del consejo general de Andorra, que pronto ordenó su fulminante expulsión de suelo andorrano por alborotador. A Borís le toca hacer la maleta y desaparecer del lugar ... de momento.

El caballerete se instaló en Seo de Urgel, una localidad pirenáica que pertenece al estado español. Desde su hotel, inició una campaña propagandística global, vendiéndose a si mismo como un auténtico monarca y concediendo entrevistas para medios de prensa de prestigio de todo el mundo. En una entrevista al diario madrileño Ahora, comentó que "No tengo ningún derecho histórico para mi pretensión. Lo hago únicamente como caballero para entender que defiendo los derechos de los españoles que residen en Andorra y son vejados por la República vecina". Sin duda, el bueno de Borís entendía de semiótica internacional, y sabía que meter caña a los franchutes le podría servir para ganarse el favor de la opinión pública española. A la vez, se reunió con representantes del duque de Guisa Juan de Orleans, miembro de asociaciones legitimistas del sur de Francia y pretendiente al trono gabacho. A estos les calentó la cabeza con que la casa de Orleans era legítima heredera de la dinastía de los Foix, es decir, con que tenían derecho territorial sobre Andorra, y debían desplazar a los actuales copríncipes de la región. Los franceses se mantuvieron al margén, a la espera de acontecimientos, pero mientras tanto Borís ya se proclamaba " lugarteniente del Rey de Francia" sin titubear. Entre actos públicos, sesiones de fotos, panfletos y recepciones, Borís continúo acrecentando su figura pública. Llegó el momento de redactar una innovadora y progresista Carta Constitucional para Andorra.

Borís en el medio, siempre elegante y con su inseparable e innegociable monóculo

Borís se reunió con el Síndico General de los Valles de Andorra, y comunicó sus pretensiones de convertir a Andorra en un principado único, en un centro financiero mundial, sede de instituciones y bancos que disfrutasen de las ventajas fiscales que el ruso había diseñado. A cambio de este paquete de beneficios y ventajas, Boris sólo exigió a cambio ser coronado Príncipe de Andorra. La propuesta contó con la adhesión de 23 de 24 consejeros, y la monarquía quedó instaurada al día siguiente, el 8 de julio de 1934. Francia comunicó que no intervendría, y dejó el tema en manos de las propias autoridades andorranas y del consejo de ministros español. El 17 de julio se publicó en el boletín del estado la Constitución del Estado Libre de Andorra, se disolvió el consejo y se convocaron elecciones para el 1 de Agosto. Borís estaba seguro de cómo formaría su nuevo gobierno y de cuáles serían sus principales medidas : " Protección al necesitado, educación universal y deporte, mucho deporte. Pero nada de juegos prohibidos."

Pero el calentón le duraría poco al señor Skósyrev: el día 21 de julio cuatro guardias civiles españoles y su sargento entraron en Andorra, detuvieron al rey Borís I, y se lo llevaron a rastras hasta la frontera con España. En realidad, esta intervención militar a ínfima escala (la primera y última hasta la fecha sobre suelo andorrano) violó toda la autonomía política y la inmunidad diplomática que oficialmente poseía el principado, pero ni uno sólo de los súbditos del nuevo rey movió un dedo para ayudarle. Al fin y al cabo, no había dado tiempo a que se encariñaran con él. La operación fue propiciada y orquestada por el obispo de Urgel, que se había cabreado mucho con todo el numerito del consejo general y la proclama de Borís. Con la Iglesia hemos topado ...


Borís fue trasladado y juzgado en Barcelona por un juez que rápidamente identificó que se trataba del mismo personaje que había sido expulsado de Mallorca en el año 1932. Fue encerrado en Madrid, y tiempo despúes, expulsado de España y exiliado en Portugal. En 1938 pudo regresar a Francia, y un año despúes, fue encerrado en un campo de internamiento francés para anti-regímenes fascistas que en ese momento asolaban Europa, véase antifranquistas, antifascistas italianos o habitantes de los estados centroeuropeos anexionados por el tercer Reich. Existen diversas teorías sobre su existencia a partir de esta efeméride: algunos historiadores afirman que murió en este mismo campo, mientras que otros defienden que logró sobrevivir gracias a ejercer como traductor para los nazis, algo que le habría condenado a pasar sus últimos días confinado en un gulag siberiano. También hay quien apunta que se recluyó en el monasterio catalán de Poblet tras la guerra, y otros apuntan como fecha de su muerte 1989, y como lugar, la ciudad alemana de Boppard. 

Sea como fuese su muerte, lo que queda claro es que Borís dedicó su vida y su libertad a encontrar un buen nido donde poder cobijarse y cubrirse de fortuna, respeto y algo de poder. Esta sed de progreso le llevó a protagonizar uno de los capítulos más rocambolescos y curiosos de la historia política europea moderna, donde tiene reservado un lugar privilegiado como el último Rey de Andorra.



09 marzo, 2015

Allen Iverson, o el mayor talento nunca visto en una cancha de baloncesto



Hablar de Allen Iverson es hablar de baloncesto. En su más puro significado, en su más profundo sentido, en su máxima expresión. Talento y desparpajo. Efectividad y espectáculo. Carisma y competitividad. Éxitos y fracasos. Pero sobre todo, un regusto a leyenda que permanecerá muchas décadas vigente. La historia de Allen Iverson es la historia del baloncesto, sin lugar a la duda.

Para toda una generación de jóvenes amantes del baloncesto, la de los nacidos en la década de los 90, Allen Iverson era el buque insignia de ese hermoso cuento de hadas que es la NBA. Con su llegada a la liga como número uno del draft de 1996 ( una promoción talentosa con jugadores como Kobe Bryant, Steve Nash, Marcus Camby, Stephon Marbury, Ray Allen, Peja Stojakovic o Jermaine O'Neal ), se inició una revolución que representaría el nexo entre una vieja guardia de estrellas y una nueva y flamante clase de jóvenes talentosos y con un enorme filón mediático. De hecho, nadie tenía más tirón que el chico de Hampton, Virginia, recién salido de Georgetown. Su desmesurado talento lucía incluso más especial si atendemos a sus datos antropométricos: 1'83 de altura y 75 kilitos de peso parecen insuficientes para afianzarse en la liga de baloncesto más exigente, con diferencia, del planeta. No sólo por el nivel físico de los jugadores ( Iverson debía enfrentarse cada noche a defensores más altos y fuertes que el), sino por la enorme carga de partidos y viajes que deben afrontar. Pero no sólo consiguió afianzarse en la competición, sino que se convirtió en referencia de la misma: 10 veces All Star, 4 veces máximo anotador de la NBA, 3 veces en el mejor quinteto de la liga, un premio MVP de la temporada regular y unas finales NBA con un equipo, como poco, ramplón.

La irrupción de Iverson en la liga fue contemplada con recelos por buena parte del equipo ejecutivo de la competición. Allen llegaba con una imagen de bad boy ganada a pulso por él mismo. Fue sonado su incidente, cuando aún era jugador del instituto local de Hampton, Bethel, en donde lideraba tanto al equipo de baloncesto como base, como al equipo de fútbol americano desde el puesto de quaterback; en su año junior fue capaz de llevar a ambos equipos al campeonato estatal de Virginia, siendo elegido por la prensa como el mejor jugador de instituto del estado en los dos deportes. Dicho incidente se produjo en 1993 entre Iverson y sus colegas y un grupo de adolescentes blancos en una bolera, y se saldó con una condena para Allen de 5 años de prisión y 10 de suspensión deportiva tras haberle partido una silla en la espalda a una chica. Iverson evitó la carcel por ser menor de edad y estuvo cuatro meses en un correccional, hasta que el gobernador de Virginia le concedió el indulto, y poco después, la condena sería rebocada.

Tras este episodio, Iverson fue reclutado por la Universidad de Georgetown, donde jugó por dos años antes de dar el salto a la NBA, dejando por el camino titulos, reconocimientos individuales y unas estadísticas espléndidas, siendo aún hoy el máximo anotador de la historia de la universidad. Diferentes problemas económicos familiares precipitaron su ingreso en la mejor liga del planeta. Era el momento de ganar pasta.



Ya desde su primer año en los Sixers de Philadelphia, la sintonía con el público fue total y sus actuaciones protagonizaban los resumenes deportivos. Pronto se convirtió en el jugador de moda de la NBA. Enganchó cuatro partidos de 40 o más puntos consecutivos, y anotó 50 puntos ante Cleveland en Abril, siendo el primer y segundo rookie, respectivamente, en conseguir estos récords. Se llevó a casa el galardón a mejor novato del año por la manga. En los años siguientes, continúo con su vertiginoso ascenso hasta los altares de la liga. El entrenador Larry Brown llegó a Pensilvania en 1997 para aúnar fuerzas con The Answer y transformar la mentalidad de una franquicia hundida en el pozo. Aunque la relación fue problemática desde el inicio, con sonados choques entre ambos, el invento acabó por funcionar. Larry Brown se concentró en trabajar el ego de Iverson y hacerle más jugador de equipo. Ya era evidente que su talento estaba por encima de los demás en la cancha; ahora había que aprovechar el carisma y la personalidad de Iverson para convertirle en un lider total. Nunca llevó nada bien chupar banquillo ni tener que entrenar, y aunque la relación entre ambos siempre fue de amor-odio, Larry Brown fue capaz de alcanzar el objetivo, al menos las primeras temporadas.



En la temporada 2000/01, los Sixers acabaron primeros de la conferencia este con 56 victorias. En cinco temporadas, el equipo había evolucionado de las 22 victorias del primer año de Iverson hasta el mejor balance de su conferencia. Allen levantó esa temporada su primer y único premio MVP, aunque probablemente hubiera sido merecedor de haberlo levantado también la temporada anterior, además del premio a mejor jugador del All Star, y llevó en volandas a un equipo muy cutre ( su pilar, tras el propio Iverson, era Dikembe Mutombo, y luego venían jugadores de un perfil mucho más bajo como Eric Snow, Tyrone Hill, Aaron Mckie, Jumaine Jones, George Lynch o Matt Geiger) hasta las finales de la NBA contra los poderosos Lakers de Shaquille O'Neal, Kobe Bryant y Phil Jackson. Prácticamente todo el público especializado coincide en que sin Iverson, los 76ers de aquella temporada probablemente no hubieran alcanzado ni siquiera playoffs. Tras superar en primera ronda a los Pacers de Reggie Miller, los Sixers tuvieron que llegar hasta el séptimo partido en las eliminatorias ante los Raptors de Vince Carter y los Milwaukee Bucks de Ray Allen. En cada eliminatoria la figura de Iverson se fue acrecentando y dejó actuaciones para la historia. Por su parte, el equipo angelino se plantó en las eliminatorias por el título con un balance inmaculado en play-offs, donde aún no conocían la derrota, y dado que Philadelphia se presentaba como un rival endeble y fatigado, todo el mundo apostaba por un nuevo barrido y la consecución de un campeonato perfecto para Phil Jackson and company. Pero Iverson tenía otros planes; Philadelphia llegó al Staples Center de la capital de California dispuesto a dar guerra, y así fue: Allen anotó 48 puntos ( la anotación más alta de la historia para un debutante en las finales) y los Sixers se llevaron el primer partido reventando todas las apuestas. Queda para el recuerdo aquel tiro anotado desde la esquina tras haber dejado tirado a Tyronn Lue y la zancada por encima de él acto seguido, simbolizando en cierta manera que no había nadie mejor que el, al menos en su puesto, en la liga. Los Lakers encajaron el golpe y se pusieron manos a la obra; Shaq abusó de Mutombo (que ese año había ganado su cuarto título como mejor jugador defensivo de la NBA ) y de todo sixer que se pusiera por delante para llevarse el anillo directo a la costa oeste. Sería el segundo de los tres títulos conquistados por la sociedad Shaq-Kobe antes de romperse. Pero, en el imaginario NBA, esas serían las finales de Allen Iverson.  Promedió 40'6 puntos en los cinco partidos disputados.



Nunca Iverson ni los Sixers volvieron a llegar tan alto en los años posteriores. Allen se cansó de anotar y anotar para nada; nunca tuvo el equipo competitivo que demandó a los directivos de la franquicia. En parte por los pésimos movimientos ejecutivos, y en parte por lo difícil de conseguir estrellas que quisieran venir a compartir vestuario con un jugador talentoso y ególatra a partes iguales. En febrero de 2005 llegó al equipo Chris Webber, el mejor aliado que le pudieron brindar a Iverson en diez temporadas, pero no fue suficiente y el equipo volvió a caer a las primeras de cambio en fase final. Tras esto, y con todo el dolor del mundo, The Answer hizo las maletas y puso rumbo a Denver, donde le esperaba Carmelo Anthony. La sociedad Melo-AI prometía. Además de trenzas y swag, los dos jugadores compartían talento e instinto anotador del más alto calibre. El grupo estaba redondeado por jugadores muy interesantes como Marcus Camby, Kenyon Martin, JR Smith o Nené Hilario. Pero el experimento tampoco funcionó, y en las dos temporadas en Colorado no logró superar la primera ronda de playoffs. Así que vuelta a la carretera. Iverson se movió a Detroit ya muy mermado tanto física como anímicamente. Había comenzado esa extraña etapa en la carrera de muchas estrellas venidas a menos en que intentan desesperadamente, mediante traspasos, aterrizar en una franquicia que les pueda brindar una última oportunidad de luchar por el deseado anillo de campeón de la NBA. Pero Detroit primero, donde sólo completó un primer tramo bueno, para luego lesionarse y regresar directo al banquillo, y Memphis después, donde solo disputó 3 partidos, no eran ni de cerca los proyectos adecuados, y AI abandonó ambas franquicias por la puerta de atrás. Luego, vuelta al equipo de sus amores, Philadelphia, donde más que competir, lo mejor que pudo extraer de aquellos 25 partidos fue el tremendo cariño del público que lo agasajó cada vez que pisó la que siempre será su cancha. Tras esto, vino el extraño salto al viejo continente, concretamente al Besiktas turco, en una maniobra inesperada y muy definitoria del extraño momento personal del crack de Virginia, envuelto en disputas matrimoniales y con su pequeña hija Messiah con graves problemas de salud.

Pero no tardó ni dos meses en dejar Europa y regresar a los Estados Unidos a la mínima oportunidad que tuvo; una lesión en la pantorrilla que le sirvió de excusa para volar y no volver. De vuelta en casa, Iverson intentó solucionar sus problemas económicos con un nuevo contrato, pero ya nadie en la liga parecía dispuesto a confiar en su talento. Recibió ofertas, incluida una de los Lakers, pero todas requerían un paso por la Liga de Desarrollo previa incorporación a la franquicia, algo a lo que Iverson se negó en redondo por considerar este trato un insulto. Finalmente, tras no recibir una llamada que contentara sus expectativas, anunció su retirada definitiva en 2013, y su camiseta con el número 3 fue retirada por los Philadelphia 76ers en 2014.



Este podría ser más o menos el resumen de una carrera deportiva a grandes rasgos espléndida. Durante muchas temporadas, Iverson encabezó los rankings de la liga en anotación, asistencias y robos de balón. Su pasión y su destreza le hicieron ganarse un hueco en el corazón de los aficionados de los Sixers y de la NBA en general; era un auténtico espectáculo ver a un jugador tan escurridizo y talentoso, que jugaba a un ritmo vertiginoso e inteligente, y con un cambio de ritmo que tumbaba rivales como si fuesen bolos. Iverson era exponente de un estilo callejero y estético que no siempre consigue triunfar ante los focos y los flashes de la gran liga. No fue el primer jugador en aportar un fresco y desenfadado estilo de juego, pero si que fue el que lo hizo de la manera más efectiva. Es obligado destacar que consiguió cuatro veces el título de máximo anotador de la liga en una competición donde, por poner un ejemplo, en la temporada 2000/01 ( la de las finales para los Sixers), la media de altura estaba situada en los 2'00 metros de altura y el peso promedio de un jugador era de 104 kilos: 15 centímetros y 25 kilos de diferencia respecto a la media que no sirvieron para evitar que Iverson, antes de abandonar los Sixers y acabar dando tumbos por la liga diluyendo sus estadísticas de carrera, presentara el tercer mejor promedio de anotación de la historia por detrás de Michael Jordan y Wilt Chamberlain. Actualmente Iverson ocupa el puesto número 24 de la lista de máximos anotadores de la historia de la liga con 24.368 puntos, recién superado por LeBron. Además, es el único jugador de la historia en liderar la liga en robos de balón en tres temporadas consecutivas, y ocupa el puesto número 12 de la lista de mejores ladrones de la historia con 1983 robos (2'2 por partido). Todos estos datos estadísticos sólo forman una parte de la mística de Allen Iverson y solo explican su impacto en la liga hasta cierto punto.

Porque Iverson era el prototipo de chico malo de la NBA. Su carácter díscolo le hizo ser quebradero de cabeza de entrenadores, directivos y peces gordos de la liga. Vestía de manera ostentosa, iba forrado de joyas, llevaba gorra, pañuelos en la cabeza y gafas de sol en interiores, y mantenía un tono provocativo cada vez que abría el pico. Su estilo enamoraba a las nuevas generaciones y espantaba a los puristas. Para más de uno, Iverson no debía representar el presente ni el futuro de la NBA. Sus antecedentes y su comportamiento jugaban en su contra, así como su marcada voluntad de hacer lo que le saliera de los cojones fuera de la cancha. Tenía ese corazón de guerrero que tanto gusta a los amantes de la épica. Un carácter en pista ambicioso y muy competitivo. Además, en ocasiones, entre desplante a la prensa y desplante al entrenador de turno, soltaba auténticas perlas que le convertían en figura clave de la NBA. Por ejemplo, cuando a mitad de década David Stern anunció el nuevo código de vestimenta para los jugadores, que obligaba a vestir de manera comedida, y dejar al margén elementos como gorras, gafas de sol, joyas y ropa holgada, Iverson fue el primero en manifestarse en su contra y en advertir que no pensaba cumplirlo. Lo consideraba un ataque injustificado a la cultura que existe en torno al hip-hop. " Pon a un criminal en un traje y seguirá siendo un criminal. Este código de vestimenta emite un mensaje muy negativo para los niños" dijo entonces.

Pero no todas sus historias al margén del baloncesto son así de inspiradoras. En el año 2000 trató de lanzar una carrera como rapero que no llegó a fructiferar. Bajo el nombre de Jewelz proyectó un álbum llamado 40 Barz que no se llegó a publicar debido a su alto contenido en líricas violentas y homófobas. En más de una ocasión tuvo problemas con la autoridad por conducir a una velocidad excesiva, por tenencia ilícita de armas o por posesión de marihuana. En 2004 fue expulsado y vetado en un casino de Atlantic City por echarse una meada en una papelera a la vista de todo el salón. Iverson era un adicto al juego y asíduo a los casinos. Cuando en 2011 le fue retirado un Lamborghini Murciélago a raíz de la detección por parte de la patrulla que le había parado de que Iverson había falsificado un documento para evitar pagar un impuesto estatal, su respuesta fue " llévenselo si quieren, tengo 10 más ... ¿ es que no saben quién soy ?". Parece que esta declaración era mas fanfarronería que otra cosa, porque sólo un año después Iverson se vió obligado a vender su lujosa mansión de Atlanta por 4'5 millones de dólares, en pleno proceso de divorcio de su esposa de toda la vida y madre de sus cuatro hijos Tawanna. Iverson se declaró entonces en bancarrota. 

Allen Iverson ganó en torno a 154 millones de dólares sólo en contratos NBA. A esta suma hay que añadir los ingresos de sus múltiples contratos publicitarios, como el que tuvo con la marca Reebok durante muchos años. Pero ahora ya no queda mucho rastro de todo ese dinero, dilapidado entre malas inversiones, derroches indiscriminados y una enorme cantidad de garrapatas de las que Iverson siempre se ocupó de buena gana. En la película He Got Game de Spike Lee, podemos apreciar en el personaje de Jesus Shuttlesworth encarnado por un jóven Ray Allen lo estresante que puede llegar a ser el tener ante ti un futuro brillante en una máxima competición deportiva. El número de amigos interesados, primos lejanos y mujeres atraídas por ti es directamente proporcional al talento que tienes (o que la prensa ha publicado que tienes). Mucho me temo que ahora que su vida deportiva ha llegado a su fin, escucharemos más cosas de AI relacionadas con jaleos y escándalos que con su relación con el juego donde triunfó.


La realidad es que Iverson queda irremediablemente atrapado en el imaginario de todo amante del basket, especialmente en la mente de los jóvenes de los 90. Sus trenzas, su calentador en el brazo derecho, sus tatuajes, sus andares chulescos, su carisma. Su velocidad, su peculiar mecánica de tiro, su inteligencia sobre la cancha, su capacidad de liderazgo, su innegociable esfuerzo en cada jugada. Iverson contaba con todos los elementos necesarios para entrar en la historia de la liga y así fue, tanto como excelso jugador como por ser un revolucionario e innovador icono de marketing. A todo el mundo le gustaba ver jugar a Allen Iverson; no tenías más remedio que rendirte a la magia de un jugador diferente. A su retirada ingresó en el club maldito de leyendas que se jubilaron sin el anillo, junto a Karl Malone, Charles Barkley o Patrick Ewing, entre muchos otros, pero con la sensación para todos sus contemporáneos de que no necesitó lograr un anillo para alcanzar la gloria en el mundo del baloncesto. Para bien o para mal, Iverson es La Respuesta a la pregunta de por qué nos gusta el baloncesto.


Una broma es un asunto muy serio ...



Definir a un hombre como Winston Churchill es una tarea realmente complicada. Político y estadista británico, ocupó un sinfín de puestos dentro del organigrama político inglés en diferentes momentos, desde Lord del Almirantazgo hasta Primer Ministro en dos ocasiones, pasando por diversos ministerios, y sus discursos y decisiones fueron el símbolo y timón de la nación inglesa ante la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Además, fue escritor, pintor, orador, aventurero, soldado, periodista de guerra, amante de los gatos y bebedor profesional. Y en todas y cada una de estas facetas era excelente. Ganador del premio Nobel de Literatura en 1953 por su "maestría en la descripción histórica y biográfica, tanto como por su brillante oratoria, que defiende exaltadamente los valores humanos", Churchill encarna a la perfección el espíritu del hombre del renacimiento; un auténtico humanista, prolífico y polifacético, que combinó luces y sombras para pasar a la historia como uno de los personajes esenciales de la historia británica. Ya sea por sus contemporáneos, por los entusiastas de su legado, o por él mismo, con pomposa flema británica, sobre Winston Churchill se ha dicho y escrito casi todo. Algunas de estas frases son solo una mínima muestra del gran genio y monumental talento oratorio de este efervescente y clarividente autodidacta embutido en un cuerpo de entrañable y simpático borrachín.

El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse.
 Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema.
Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad; un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad.
 El precio de la grandeza es la responsabilidad.
 Si el presente trata de juzgar el pasado, perderá el futuro.
 El político debe ser capaz de predecir lo que va a ocurrir mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ha ocurrido.
Me gustaría vivir eternamente, por lo menos para ver cómo en cien años las personas cometen los mismos errores que yo.
 Una buena conversación debe agotar el tema, no a los interlocutores.
 El vicio inherente al capitalismo es el desigual reparto de bienes. La virtud inherente al socialismo es el equitativo reparto de miseria.
 El mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio.
 El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.
  La suerte es el cuidado de los detalles.
 Los italianos pierden las guerras como si fueran partidos de fútbol y los partidos de fútbol como si fuesen guerras.
He sacado más cosas del alcohol que las cosas que el alcohol ha sacado de mi.
  La región de los Balcanes tiene la tendencia de producir más historia de la que puede consumir.
 Personalmente siempre estoy dispuesto a aprender, aunque no siempre me gusta que me den lecciones.
 Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para sentarse y escuchar.
 A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada . 
 Antes tenía un mensaje que llevar; ahora ya no lo tengo... Ya no creo en un mundo mejor
 Los españoles son vengativos y el odio les envenena.
La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son.
 La historia será amable conmigo, porque tengo intención de escribirla.
Nancy Astor fue la primera mujer en ocupar un escaño en la Cámara de los Comunes del Parlamento Británico. Inconformista y polémica, fue sonada su falta de sintonía con Churchill. Cuenta la leyenda que, en una ocasión entre otras tantas en que ambos se enfrascaron en la riña, Lady Astor le espetó: "señor Churchill, si usted fuese mi marido, probablemente le envenenaría el té", a lo que Churchill respondió "señora Astor, si usted fuese mi esposa, probablemente me lo bebería"...

Churchill sentado en una de las sillas del búnker de Adolf Hitler en Berlín tras la caída del gobierno nazi




































05 marzo, 2015

GBS


"Un hombre razonable es aquel que se adapta al mundo a su alrededor. El hombre no razonable espera que el mundo se adapte a él. Por lo tanto, todo progreso es hecho por los hombres no razonables"


" No trates a los demás como te gustaría que te tratasen a ti: podrían tener otros gustos"


" Si tú tienes una manzana y yo tengo una manzana e intercambiamos las manzanas, entonces tanto tú como yo seguiremos teniendo una manzana. Pero si tú tienes una idea y yo tengo una idea e intercambiamos ideas, entonces ambos tendremos dos ideas"


 "Los que son capaces, crean; los que no son capaces, enseñan"


 "La estadística es una ciencia que demuestra que, si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno"


 "La democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos"


"Cuando un hombre estúpido hace algo que le avergüenza, siempre dice que cumple con su deber"


 "Todas las grandes verdades... comienzan por ser blasfemias"




 escritor de teatro, crítico y activista político irlandés, ganador del premio Nobel de literatura en 1925, y del premio Óscar al mejor guión en 1938

27 febrero, 2015

El gran héroe americano


El pasado 20 de Febrero se estrenó en España la última película del talentoso Clint Eastwood, El Francotirador, que narra la historia de Christopher Kyle, un soldado americano que sirvió a su país en cuatro campañas durante la invasión de Irak. Kyle se convirtió en una leyenda para sus compañeros y compatriotas gracias a su espectacular lista de bajas enemigas (el Pentágono le atribuye unas 150 muertes, aunque él las elevaba hasta las 250; en cualquier caso, el más efectivo asesino documentado de la historia del ejército norteamericano). A principios de 2013, ya en suelo estadounidense tras dar por finalizadas sus funciones en el conflicto, Kyle y un amigo suyo se reunieron con Eddie Ray Routh, también marine americano, en un campo de tiro de Fort Worth, Texas. En teoría, el motivo de este encuentro era el de dar apoyo al último, que se encontraba aún muy afectado por el trauma de lo vivido en la guerra en territorio árabe. Había sido diagnosticado con Estrés Post-traumático. Sin embargo, el encuentro se saldó con el asesinato de Kyle y su amigo Chad Littlefield a manos de Routh. Un final totalmente inesperado para la vida de un profesional del homicidio que relata en su autobiografía American Sniper sus peripecias por tierra oriental con un inmenso orgullo.

Su muerte despide cierto aroma trágico y ridículo; un hombre sumamente efectivo y despiadado, con proverbial talento para acabar con la vida, ajusticiado en un pequeño renuncio, en su comunidad natal; en su hogar. Es una buena y cruel metáfora del sinsentido de la intervención americana en Irak y Afganistán, una buena prueba de que la guerra no es tan honrosa ni digna como nos quieren hacer creer ( Clint Eastwood incluido). Kyle encontró la muerte en su propia casa, de la misma manera en que cientos de iraquíes habían sido baleados en su propia tierra a manos de este invasor de uniforme.

En éste artículo no comentaremos el curriculum vital ni profesional de Kyle (el lector puede conocer al dedillo toda su existencia con una búsqueda en Google mediante) ni la representación cinematográfica patriótica y facilona del director de obras maestras como Cartas desde Iwo Jima o Sin perdón. Nos vamos a centrar en retratar la concepción del pueblo americano de sus políticas expansionistas e intrusivas, y en la idealización de un personaje que, al margén de cumplir con su deber, parecía deleitarse en el proceso de destruir y colonizar un pueblo y una cultura que nada había hecho para merecer su desprecio, más que estar bajo el mandato de unos dirigentes cuya ideología chocaba frontalmente con el mayoritariamente profundo y desvastador egocentrismo nacional de un país que busca encontrar su identidad en la comparación directa y arrogante con otros de menor tamaño, alcance y repercusión. El clásico abusón del recreo.



Chris Kyle nació en 1974 en Texas, el sur profundo de los Estados Unidos, tierra de convencionalismos, patriotismo y religión. Fue el americano modelo de principio a fin; casado con su mujer, con su país y con Dios. Además, como buen sureño, afirmaba que “siempre he amado las armas”. Su voluntad por ayudar a su país siempre fue completa. Ya alistado a los Navy SEAL, las fuerzas de élite del ejército americano, y situado en el país gobernado aún por Saddam Hussein, Kyle se fue ganando una fama entre sus compañeros de auténtico animal de guerra. Era conocido por el apodo de La Leyenda entre sus camaradas. Sin embargo, la percepción del bando local era bien distinta; Christopher era conocido entre los iraquíes como El demonio de Ramadi, y por su cabeza fueron ofrecidas jugosas recompensas. Kyle no titubeaba a la hora de calificar su estancia en Irak como "Divertida... Los mejores años de mi vida fueron en los SEAL". Consideraba al enemigo como personas "despreciables". Relata que “En Irak llamábamos salvajes al enemigo porque no hay otra manera de describir lo que allí encontramos”. Este es el motivo por el que no se siente culpable ni tan siquiera ligeramente avergonzado del sangriento balance de su paso por Irak, llegando a afirmar que tan sólo volvió a casa con una espinita clavada: "Solo hubiera deseado haber matado a más. No para jactarme sino porque creo que el mundo está mejor sin salvajes que acaban con la vida de americanos”.

Su mujer logró convencerle para que, tras cuatro exitosas incursiones en oriente medio, Kyle regresara a su hogar con ella y sus hijos, y se dedicara a la vida en familia. Naturalmente, se sentía como un pez fuera del agua, y se agarró al alcohol como válvula de escape para una realidad sin objetivo ni propósito, hasta que un accidente de tráfico que casi le cuesta la vida le hizo comprender que era hora de aceptar que sus días en la guerra se habían terminado. Fundó una compañia de seguridad con un suntuoso lema: ' A pesar de lo que te haya contado tu madre, la violencia si que resuelve los problemas'. Toda una declaración de principios.



El destino quiso que este soldado que tan ferozmente y con tan pluscuamperfecta eficacia había defendido los supuestos intereses de su país fuera borrado del mapa en su propia comunidad. Como dice el refrán, Quien a hierro mata, a hierro muere. Kyle había asumido con cuasi-divino significado la intervención americana en la guerra con Irak, una conducta común entre la masa más tradicional de la población y fomentada a fuego por los medios, el gobierno de turno y el sistema de valores estadounidense. La noticia de su muerte dejó consternado al pueblo gringo, que lloró y honró a su bravo y fiero hijo. Sin embargo, cabe recordar de donde nace la fama de este personaje.

Kyle era una celebridad admirada en su país porque representaba al buen americano clásico: hombre de su tierra, de su mujer y de su Dios, intrépido y valeroso en la acción y modesto y solemne en el discurso. Kyle siempre lidió con ambivalencia y humildad con su popularidad, e incluso admitió que no encontraba motivo a la realización de su autobiografía pues, en sus propias palabras, "¿A quién le interesa mi vida? No soy diferente a cualquier otra persona”. El pueblo norteamericano, aunque en ocasiones dividido respecto a la verdadera utilidad de aventurarse en territorios lejanos a golpe de fusil para acabar por derrocar y recolocar gobiernos y saquear recursos de interés, siempre ha coincidido en su unánime respeto por la figura del soldado. Estamos ante una nación levantada en base a una revolución y una guerra, y no por legítima posición natural ancestral en el territorio, como puede ser el caso de los pueblos europeos. El sacrificio y el peligro al que se enfrentan los jóvenes reclutas son tremendamente valorados por el grueso del pueblo yankee. Pero además de todo esto, Kyle destacaba entre todos sus compis de batalla por haber sido especialmente devastador y sangriento. En otras palabras, por haber sido más útil que nadie para su país. El bueno de Kyle será recordado por el pueblo, y ahora incluso por el cine, cómo el más efectivo tirador de la historia americana, así que cabe preguntarse de que manera una historia similar sería considerada como honrosa en otros países del mundo. 

Probablemente en España no honraríamos de manera tan extraordinaria la labor de un ser humano que se ha llevado por delante la vida de cientos de personas en su propio lugar de residencia. Porque no se puede obviar el hecho de que el conflicto de Irak no era en absoluto una guerra, sino más bien se trata del último abuso de poder de los Estados Unidos ante la complaciente mirada de la comunidad internacional. Quizá en unos siglos, la humanidad eche la vista atrás y se escandalice ante la verdadera magnitud de la maniobra americana en Oriente medio. Un sistemático genocidio y desmantelamiento de un pueblo que carecía de recursos, población, equipamiento y estructura para repeler el ataque de una fuerza invasora de tan colosales dimensiones. Además de ser más fuertes, estaban muy cabreados. El absoluto desprecio de Kyle por la cultura babilónica es la tónica habitual entre las buenas gentes de ese gran país que es Estados Unidos. El odio y la discriminación cultural son dimensiones realmente intrínsecas a la personalidad estadounidense.

La figura de Christopher Kyle se irá expandiendo progresivamente hasta entrar a formar parte de la cultura popular americana, tan propensa al iconismo y la parafernalia como a la actividad bélica, activa o pasiva. Será una muestra más de la profunda ignorancia de un pueblo que busca ansiosamente construir una historia propia, plena de símbolos, momentos, personajes y logros que doten a la comunidad de orgullo y referencias. En tanto que un hombre nacido en Texas que acabó por viajar más de 11.000 km hasta en cuatro ocasiones con el único objetivo de neutralizar personas que, según lo previsto en su día de nacimiento, nunca debería de haber conocido, para luego ser masivamente honrado por ello y clasificado como un auténtico héroe, siga siendo el prototipo de figura de admiración para un pueblo de más de 300 millones de habitantes, el mundo sigue estando abocado a la injusticia y la desolación.


Kyle relata en su libro el momento en el que tuvo que disparar por primera vez a una mujer. Mientras estaba apostado haciendo su guardia, observó como una mujer se acercaba a un vehículo de marines con un niño agarrado de una mano y una granada en la otra. Admite que ante la primera orden de disparo, dudó, pero no ocurriría lo mismo en la segunda: Kyle apretó el gatillo, derribó a la mujer, y salvó a sus compañeros. Ante la cuestión de si se arrepiente, su respuesta es que "no lo lamento, esa mujer ya estaba muerta y yo tenía que asegurarme que ella no se llevaba a ningún marine por delante. Disparar era mi deber

Su reflexión no es errónea. Esa mujer ya había decidido acabar con su vida y solo albergaba la esperanza y la intención de arrastrar a algún americano con ella; la misión de Kyle era evitar este escenario y salvar la vida de sus compañeros, y lo hizo, una vez más, con suma eficacia. Pero resulta evidente que Chris no dedicó mucho tiempo a meditar el por qué esa mujer había decidido sacrificar su vida. Parece claro que hay que estar sumido en una profunda desesperación para llegar al punto de sacrificar tu vida en pos de una causa ulterior; en este caso, todos aquellos etiquetados por la prensa como "terroristas" no son más que seres humanos que han visto cómo un opresor extranjero se ha presentado en su tierra con funestos planes de estructurada destrucción e innegociable muerte, para encima jactarse de ello de cara al resto del mundo, con el pretexto de estar ejerciendo una acción necesaria y orientada a preservar la paz y el orden en el planeta. Ante tan desalentadora situación, el acto de entregar tu vida con la ilusión de aportar tu granito de arena en la imposible tarea de desplazar al invasor no merece ser calificado como "terrorista" de ninguna de las maneras. Es obligado preguntarse qué entendemos por terrorismo y quién es la verdadera víctima en esta guerra. Chris Kyle acabó con la vida de cientos de personas; y fue precisamente otro profesional de la muerte el que le dió materile. Podríamos considerar este final como triste, como sucio, como inesperado... pero nunca, nunca como injusto.





19 febrero, 2015

Maysoon Zayid, una historia que merece ser contada




Maysoon Zayid es una humorista americana de ascendencia palestina nacida en 1976 en Nueva Jersey. Se presenta a si misma como "mujer, virgen, musulmana, palestina, y con parálisis cerebral". Pese a su enfermedad, Maysoon ha sabido labrarse una carrera como cómica, con alguna que otra incursión en el cine y la televisión. Tiene el honor de haber sido la primera persona en actuar como monologuista en Jordania y Palestina (de hecho, actúo en Palestina durante el levantamiento de la segunda Intifada, a principios de la década de los 2000) , además de ser una reconocida activista en favor de los derechos de las personas discapacitadas y de su papel en los medios de comunicación. Sin duda alguna, la muchacha se gasta un buen par de ovarios.

Maysoon participó a mediados de 2014 en las prestigiosas "Ted Conferences", un congreso anual sin ánimo de lucro que pretende ofrecer un espacio para la presentación de ideas que puedan cambiar el mundo. Su actuación gozó entonces de gran difusión a través de Internet por la manera desenfadada y divertida de compartir la historia de su vida.

"Cuando decidí nacer, pensé en dar un toque dramático a mi debut en la vida. El médico que debía atender a mi madre en el parto estaba borracho así que no estaba preparado para mi entrada triunfal. Perdí oxígeno durante tres minutos, lo que me provocó ciertos daños cerebrales. ¿El resultado? Tengo parálisis cerebral y me sacudo como una maraca. Soy como una mezcla de Shakira y Muhammad Alí»

Su infancia se desarrolló a caballo entre Nueva Jersey y Jerusalen, una etapa que define como "Fantástica... ¿Cuántos niños tienen la posibilidad de crecer en Nueva York y Tierra Santa? ". Cita a sus padres como figuras clave en su infancia para no dejarse vencer por la enfermedad y tratar de llevar una vida lo más normal posible. Recuerda que sus progenitores nunca dejaron de repetirle la frase " Tu puedes", una frase que se le quedó "grabada a fuego". Maysoon no sólo camina, sino que puede calzar sin problema unos tacones, y además baila claqué. Por mucho que ella se empeñe en no querer ser tomada como figura de inspiración, es inevitable.



Tras pasar por la Universidad en Arizona, comenzó a actuar en 1999, de manera gratuita en bares y salas de la ciudad de Nueva York. Al principio, sus padres estaban consternados por su decisión de trabajar en una profesión poco honorable. Sin embargo, su visión cambió después de que su hija fuera entrevistada en el canal árabe Al Jazeera. "Vieron que todo era legal y que no iba a salir restregandome en un tubo", cuenta ella. Ha presentado su espectáculo en multitud de puntos de los Estados Unidos y Oriente próximo, siendo capaz de actuar en 40 ciudades de 3 naciones en un lapso de 3 meses. Maysoon es reconocida como la primera monologuista del mundo árabe, y ha participado en varias series de la televisión americana. Incluso ha saboreado sus quince minutos de fama mundial en una peli hollywoodiense ( Zohan, con Adam Sandler) que, probablemente, no será la última que ruede.

Es la co-fundadora del primer Festival de Cómicos Arabe - Américanos, un evento anual que desde 2003 ofrece la oportunidad a jóvenes cómicos de actuar ante un gran público. Cada año pasa tres meses en territorio palestino llevando a cabo programas artísticos con niños huérfanos y con discapacidad mediante su proyecto Maysoon's Kids, activo desde 2001, donde utiliza el arte como herramienta para ayudar a los pequeños a tratar con el trauma y a "tender puentes entre los niños discapacitados y los no discapacitados". Esta organización es financiada casi en su totalidad con el dinero que gana con su trabajo como cómica. Una auténtica heroína, que no contenta con superar sus propios límites cada mañana, invierte todo su tiempo, su dinero y su pasión en echar un cable a quienes más lo necesitan en este mundo.

Maysoon Zayid es una fantástica muestra de que dos mundos opuestos pueden encontrar nexos de unión y entenderse, y el humor es posiblemente la mejor manera de hacerlo. Carismática, altruista, proactiva y determinada, esta americana-palestina ha sabido hacerse un huequito dentro del show business yankee y a buen seguro continuará cosechando éxitos y reconocimientos. Es la historia de su vida.